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Aquí y ahora

23/06/2010 - blog

Cada sesión de cuentos es diferente, nunca sabes lo que va a pasar, quizá sea eso lo más asombroso y adictivo del oficio. Llegas ahí, con tus cuentos, dispuesta a preparar la hoguera, pero la leña siempre es distinta, y la humedad el aire, la fuerza del viento… Todo ello aporta un matiz distinto, inesperado. Pero por más que siempre seas tú quien encienda la hoguera, luego la llama crece a su gusto y se enseñorea de todo, la imaginación de todos los presentes empieza a trabajar y puedes ver como el cuento cobra vida. A veces, hasta puedes echarte a un lado y dejar que siga solo, y convertirte en un espectador más…

He aquí algunas imágenes de las últimas sesiones. Sé que no hacen justicia a lo que sucedió en cada “aquí y ahora”, pero su valor como confirmación de que eso sí sucedió no tiene precio.

En el Barcelistán, el encuentro de la asociación Amu Daria, las historias de la Ruta de la Seda tenían una fuerza inusual: cada imagen recibía las pinceladas de todos los viajeros que llenaban el local y que habían transitado los pedregosos caminos de Balochistan o habían olfateado la mezcla de especias de los bazares de Peshawar. Gracias a uno de esos avezados viajeros, Germán Aguilar, existen testimonios de lo sucedido.

Desde la tetería de Otman no resultó nada difícil viajar al desierto y al mundo de los nómadas, pues es como un pedacito del Magreb, abierto y hospitalario. Quizá fue por eso que, sin querer, el cuento del abuelo, el niño y el borrico caminó a ritmo de una tonada berebere en lugar de la tarantela que suele acompañarlo. Mi primera canción en árabe tuvo como premio una soberbia tagine, que os recomiendo probar a la menor ocasión. Y el miércoles que viene, después de escuchar cuentos, puede ser vuestra oportunidad… Gracias a Lluís Martínez y a Oriol Zaragoza, por conocer mi lado bueno.

Este año hemos vuelto a pasar una tarde en la India a beneficio de ONA (Associació de Pares, Mares, Familiars i Tutors de Discapacitats intel•lectuals de l’Alt Empordà) en un pueblecito de l’Alt Empordà, Vilafant, que tiene más en común de lo que parece a primera vista con cualquier pueblecito del Punjab. Y os lo digo yo, que soy de allí (bueno, un poco de los dos sitios).
Yo estoy cada vez más orgullosa de mis chicos, un grupo artístico con mucho talento, y un público muy especial, singular mezcla de adultos y niños, es decir, como cualquiera de nosotros. Gracias a Dolors, secretaria de ONA, siempre cámara en mano, por enviar estas fotos.

Feliz verbena de Sant Joan. Hoy es una noche propicia para todo lo extraordinario. Seguro que habrá mucho que contar alrededor de la hoguera…

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