Hay lugares en los que te sientes una extraña, y otros donde, como por arte de magia, pareces incorporarte al paisaje como un elemento más, que lleva allí toda la vida. Esa sensación la tuve en India. Y por eso la sesión de cuentos indios Curry y betel es tan importante para mí, porque allí me sentí como en casa. Me trataron, por así decirlo, como a una más de la familia. De ahí que, al preparar la sesión de diciembre en el Harlem Jazz Club, me invadieran las dudas, el miedo a no estar a la altura de lo que mis “ancestros” indios esperaban de mí. Una manera ...